El dolor es algo inevitable después de haber experimentado una tragedia. Incluso puedes llegar a sufrir de estrés postraumático, donde puedes presentar síntomas de irritabilidad, rabia y un miedo constante.

‍Algo que puede ayudar es pasar tiempo con personas de confianza y con quienes te sientas cómodo, como familiares o amigos. Ellos son quienes más pueden entender tus emociones, quienes van a empatizar contigo y te acompañarán en esos momentos donde creas que el dolor no termina nunca.

Lo mejor que puedes hacer por ti mismo para poder salir adelante es aceptar el apoyo y la ayuda que te ofrezcan las personas. Busca contención con gente que te escuche. Unirte a un grupo de apoyo que haya sufrido lo mismo que tú también puede ser útil, ya que te das cuenta de que no estás solo y no eres el único que sufre. Estas personas pueden ayudarte contando sus experiencias y cómo fue su proceso de aceptación.

‍La ayuda de un experto nunca está de más. Un psicólogo o psiquiatra cuenta con las herramientas necesarias para enseñarte a cómo gestionar tus emociones y sentimientos y ayudarte a recuperar el equilibrio emocional.

‍Algunas recomendaciones fuera de la ayuda de un externo también puede ser volver a tus rutinas regulares de a poco y realizar las actividades que ya hacías antes, como hacer ejercicio o asistir a talleres de manualidades. También puede ser útil empezar a escribir tus pensamientos, emociones y sentimientos en una libreta para poder desahogarte.

‍Esperamos que estos consejos puedan servirte en tiempos difíciles y recuerda que siempre después de la tormenta sale el sol.